La transferencia perversa y la vinculación maligna / Perverse transference and malignant bonding

El término vínculo maligno se aplica a una serie de características muy severas de la personalidad que aparece conjuntamente en parejas, quienes no tienen un conocimiento consciente de haber compartido tempranas experiencias de abuso físico o sexual, siendo esta la razón inconsciente por la atracción recíproca que los une. La pareja continua a mantener tal fuerte ligazón perversa a través de la ejecución de actos sadísticos sexuales perpetrados en contra de personas vulnerables, tales como sus propios hijos o hacia otros individuos inmaduros quienes caen bajo el control y la dominación de dicha pareja. Repetición y registración de estas acciones perversas son mecanismos creados para obtener un sentido de poder y control. Esto es totalmente ilusorio y transitorio para poder lidiar con experiencias primitivas de tremendo desamparo. La necesidad de registrar estas acciones y de repetirlas se debe a la naturaleza ilusoria de muy breve duración. La pareja actúa juntos en forma auto-destructiva, y también hacia objetos externos. Esta participación mutua les provee con un incremento del vínculo maligno añadiendo una calidad pervasiva muy excitante como igualmente erótica. Estos actos están iniciados y también estimulados no sólo por el hombre sino también por la mujer. En este tipo de pareja no se puede hacer una diferenciación entre el perpetrador y la víctima. Ambos como pareja ejercitan con igual participación en el diseño y la ejecución de sus acciones en un intento inconsciente de deshacerse de las propias primitivas experiencias por las cuales ellos han sido víctimas. Esto es lo que defino como “vinculo maligno”.En este artículo se harán descripciones de casos notorios de la media como así también de casos clínicos que corroboran este hallazgo clínico.

The concept malignant bonding describes a relationship of a perverse couple whose relationship continues to bond at the expense of sadistic and sexual acts perpetrated together against vulnerable and dependent persons, such as their own children or other immature individuals who fall under their control and dominancy. Technology has afforded most sophisticated means to do so; from only recording the voices of those innocent children as in the 60s to the making of home videos and downloading different images from the Internet are now easily available. It is difficult to disentangle the possible meanings of this perverse recording—is it another kind of remembering? Or is it a form of malignant bonding between past and present experience? Not only there are notorious cases from the media such as Myra Hindley and Ian Brady, called The Moor murders in the 60s in the UK and later on the West Family. These are examples of both extra family and interfamily malignant bonding but I have also been able to corroborate these in my own clinical findings, which I have termed the concept of “the malignant bonding”. ext? The pursuing of the transgressing has become the compelling element and as such the using and exploiting, including sexual abuse of children may start. There is an irrepressible need to continue succumbing to these transgressive actions because, just like in pornography, it makes them feel alive. They feel really dead inside themselves and their own way to make sure they are still alive is by exerting this enormous sense of power and control over their children. This power has an added element of libidinizing the interaction between the couple...

O mito da maternidade glorificada: “Maternidade pervertida” ou “A perversão do instinto maternal” / El mito de la maternidad glorificada / The myth of glorified maternity

De acordo com a tradição psicanalítica a perversão é exclusivamente masculina. Partindo de sua vasta experiência clínica a autora descreve e teoriza as perversões femininas. Diferente das perversões masculinas nas quais o ataque perverso se dirige ao exterior; na mulher se dirigem com todo seu corpo contra si mesma, seu corpo ou seu bebê. Assim as auto lesões, a anorexia, a bulimia poderiam ser consideradas frequentemente como sintomas das perversões femininas. Entre estas a perversão da maternidade ocupa um lugar central. Imbuídas do poder extraordinário que lhes confere o fato de se tornarem mães, as mulheres podem manifestar sua perversão não somente contra si mesmas mas contra seus filhos que são considerados uma extensão de seus próprios corpos. Assim se definem as diferenças fundamentais entre as perversões femininas e masculinas em um quadro.

De acuerdo a la tradición psicoanalítica, la perversión es exclusivamente masculina. La autora, partiendo de su vasta experiencia clínica, describe y teoriza las perversiones femeninas. A diferencia de las perversiones masculinas en donde el ataque perverso esta dirigido hacia fuera; en la mujer esta dirigido con tdo su cuerpo, en contra de ella misma, su cuerpo o su bebe. Así, las autolesiones, la anorexia y la bulimia podrían considerarse a menudo como síntomas de las perversiones femeninas. Dentro de éstas, la perversión de la maternidad ocupa un lugar central. Imbuidas del poder extraordinario que les confiere el hecho de convertirse en madres, las mujeres pueden manifestar su perversión ya no sólo contra sí mismas sino hacia sus hijos que son considerados como una extensión de sus propios cuerpos. Se definen así en un cuadro con las diferencias fundamentales entre las perversiones femeninas y masculinas.

According to traditional psychoanalytical theories perversion is an exclusive male psychopathology. The author challenges this view and argues that women express their perverse attitudes not only through but also towards their bodies, very often in a self-destructive way, such as syndromes of self-injury associated with biological or hormonal disorders affecting the reproductive functioning. In other words, perversion in women is not so clearly and exclusively connected with the expression of hostility and release of anxiety through just one organ as it is with men. Motherhood as perversion is conceptualized using her clinical material collected over 2 decades from the Tavistock-Portman clinics. She observes that the main difference between male and female perverse action lies in the aim. Where as in men the act is aimed at an external part-object, in women it is against themselves: either against their bodies or against objects of their own creation - that is, their babies. In both respects, bodies and babies are treated as part-objects. Motherhood as perversion is the result of at least a three generational trauma. There are basic differences between male and female perversions which are clearly classified.